Hoy manifestamos nuestra profunda convicción en defensa de uno de los pilares básicos de nuestra Nación.
De cara a las próximas elecciones es imperioso reflexionar sobre los derechos humanos más básicos y las propuestas de los candidatos con probabilidades de resultar electos.
Vemos con preocupación las expresiones del candidato más votado en las PASO, buscando socavar los derechos conquistados en el acceso libre y gratuito de la educación pública y a las políticas públicas dirigidas a fomentar el desarrollo científico-tecnológico nacional.
Milei impulsa un sistema de “vouchers cheque educativo”. Propone “descentralizar la educación entregando el presupuesto a los padres, en lugar de dárselo al Ministerio, financiando la demanda”. Su programa educativo, en caso de ser electo, generó polémica, ya que indicó que eliminaría la obligatoriedad y la gratuidad del sistema educativo actual. “El sistema de la obligación no funciona -dijo-. Si querés estudiar, vas a tener un voucher y vas a poder estudiar. El tema de la obligatoriedad es querer controlar a los seres humanos e imponer tu patrón moral. El que quiera estudiar, estudia, pero obligar no me gusta”, expresó Milei. Además, pretende eliminar la obligatoriedad de la Educación Sexual Integral (ESI) en todos los niveles, modificar el Estatuto docente y cambiar el diseño curricular. De concretarse dicho programa, se configuraría un grave retroceso en materia de derechos.
La visión de políticas públicas de los autoproclamados “libertarios” es la de un Estado nacional ausente y un Estado policial. La propuesta contiene la destrucción de los consensos básicos de la democracia: negación de los crímenes del terrorismo de Estado cometidos durante la última dictadura, así como desmantelar las políticas de educación, ciencia, cultura y género.
En el caso de Patricia Bullrich, entre sus iniciativas propone declarar a la educación como servicio esencial con la finalidad de evitar huelgas; establecer con las provincias un acuerdo federal de 14 años de escolaridad con 190 días anuales de clase; implementar un sistema de presentismo para estudiantes y docentes en todo el país; vincular la escuela secundaria al mundo del trabajo; 100% de escuelas con internet, con wifi en cada aula; modernizar el sistema universitario, ofreciendo becas para carreras estratégicas y estudiantes de sectores vulnerables, impulsando carreras más cortas y títulos intermedios y fortaleciendo y vinculando al CONICET con el sector productivo mediante asociaciones público privadas para la investigación y desarrollo. Si bien en este caso hay muchas propuestas que compartimos, nos preocupa que algunas de las iniciativas encubran nuevas formas de criminalizar a la protesta social y a las organizaciones de trabajadores/as de la educación o que encubran sistema en los cuales el Estado termina financiando el valor agregado de las empresas.
La mejor manera de evitar la “protesta” del sector educativo es garantizar buenos presupuestos. Cuando el macrismo habla de alianzas púbico privadas, el Estado puso los recursos y los privados se llevaron las ganancias. Hemos tenido malas experiencias en esta materia con los gobiernos en los que Bullrich fue ministra.
Mejor que decir es hacer. El candidato Sergio Massa no sólo propone sino que en su rol de Ministro de Economía ya ha presentado iniciativas concretas como el proyecto de financiamiento educativo que repercutirá favorablemente. La iniciativa busca destinar el 8% del PBI a financiar la educación, aumentando en dos puntos lo establecido en la ley vigente. La medida está enfocada a que se destine un 6,5% a la cobertura de educación entre los 45 días a los 3 años – una demanda de larga data del movimiento de mujeres aun insatisfecha-, también a la educación obligatoria y a la formación docente. El otro 1,5% restante, hasta completar el 8%, sería para apuntalar a la educación universitaria. “Aumentar la inversión en el sistema educativo es la mejor inversión que puede hacer una sociedad”, señaló Massa.
Entre las propuestas, se contempla un ciclo lectivo efectivo de clase de 190 días como mínimo, se mantendrá la distribución “uno a uno” de libros a todos/as los/as estudiantes de los niveles inicial, primario y secundario y la entrega de equipamiento tecnológico. Se ampliará la cobertura del nivel inicial, se universalizan las salas de 3, 4 y 5 años, y se Iniciará el proceso de cobertura para sala de 2 años. Con este financiamiento se asegurará, en el nivel primario, un mínimo de 25 horas semanales de clase y que al menos un 50% acceda a escuelas de jornada completa. Tambien se ampliará la oferta de carreras universitarias y preuniversitarias según las áreas de vacancia territoriales y desarrollos regionales, se acortará la extensión de las carreras universitarias y se otorgarán títulos intermedios. Massa ratificó la vigencia de la Paritaria Nacional Docente, el Fonid (Fondo Nacional de Incentivo Docente) y el Programa nacional de compensación salarial docente y promete potenciar los programas de desarrollo profesional en la formación docente.
Como profesora de la Universidad pública, ejerciendo la docencia desde hace cuarenta años, como orgullosa doctora de la UBA y como madre de hijos que estudiaron en la educación pública, la hemos defendido con la pluma, la palabra y poniendo el cuerpo en las aulas, en las cooperadoras y en las calles cada vez que diferentes gobiernos la amenazaron, la recortaron o la pusieron en riesgo.
Sobrevivimos al menemismo, que quería arancelar y poner cupos en el ingreso universitario y rechazamos los recortes de la Alianza y del macrismo. Hoy junto con centenares de profesores/as, decenas de miles de graduados/as y estudiantes manifestamos nuestra profunda convicción en defensa de la educación pública y la universidad pública laica y gratuita como pilares básicos de nuestra Nación, siendo formadoras de científicos y profesionales para el desarrollo nacional a través de sus diversas carreras y líneas de investigación. La educación superior pública, no arancelada y de ingreso libre e irrestricto es una de las banderas distintivas de nuestro país que permitió construir una identidad nacional caracterizada por garantizar la dignidad, igualdad y movilidad social ascendente de todos/as los/as habitantes del suelo argentino. Nuestras Universidades Públicas han sido reconocidas a nivel internacional por su excelencia académica y sus aportes a la comunidad científica.
Convocamos a la comunidad a expedirse públicamente en oposición a aquellas expresiones contrarias al sistema democrático y contrarias a la defensa irrestricta del derecho a la educación.
Creemos en la educación pública como generadora de los valores democráticos que supimos construir en estos 40 años de democracia ininterrumpida. Reafirmamos un sistema educativo que continúe bregando por abarcar a todos. Que siga sumando estudiantes para formar a los científicos y profesionales que ayuden a construir un país inclusivo, con justicia social, ecológica y de género.
Sobrevivimos al menemismo, que quería arancelar y poner cupos en el ingreso universitario y rechazamos los recortes de la Alianza y del macrismo. Hoy junto con centenares de profesores/as, decenas de miles de graduados/as y estudiantes manifestamos nuestra profunda convicción en defensa de la educación pública y la universidad pública laica y gratuita como pilares básicos de nuestra Nación, siendo formadoras de científicos y profesionales para el desarrollo nacional a través de sus diversas carreras y líneas de investigación. La educación superior pública, no arancelada y de ingreso libre e irrestricto es una de las banderas distintivas de nuestro país que permitió construir una identidad nacional caracterizada por garantizar la dignidad, igualdad y movilidad social ascendente de todos/as los/as habitantes del suelo argentino. Nuestras Universidades Públicas han sido reconocidas a nivel internacional por su excelencia académica y sus aportes a la comunidad científica.
Convocamos a la comunidad a expedirse públicamente en oposición a aquellas expresiones contrarias al sistema democrático y contrarias a la defensa irrestricta del derecho a la educación.
Creemos en la educación pública como generadora de los valores democráticos que supimos construir en estos 40 años de democracia ininterrumpida. Reafirmamos un sistema educativo que continúe bregando por abarcar a todos. Que siga sumando estudiantes para formar a los científicos y profesionales que ayuden a construir un país inclusivo, con justicia social, ecológica y de género.