Esta tarde, ambientalistas y defensores del patrimonio urbano realizaron una protesta por el uso comercial del emblemático parque porteño creado por Carlos Thays, que es un Monumento Histórico Nacional
Agrupaciones ambientalistas, defensores del patrimonio urbano y vecinos de la ciudad de Buenos Aires participaron este domingo a la tarde del abrazo simbólico al Jardín Botánico “Carlos Thays”, oasis palermitano que Jorge Luis Borges había definido, en Evaristo Carriego, como un “astillero silencioso de árboles, patria de todos los paseos de la capital”. La protesta se hizo en contra del uso privado de un espacio público que fue declarado monumento histórico nacional en 1996 y refugio climático este año (por el mismo gobierno de la ciudad de Buenos Aires) para el show inmersivo de luces y sonido Secret Garden.
Para los manifestantes, que se convocaron en la entrada principal del Botánico (avenida Santa Fe 3951) y corearon el lema “Parque sí, circo no”, el espectáculo inmersivo y lumínico Secret Garden tiene un impacto negativo en la flora y la fauna, además de un guion que banaliza los objetivos del parque ideado por Thays en 1892 y abierto al púbico en 1898. Hubo representantes de las agrupaciones Basta de Demoler, Fundación Ciudad, Red de Defensoras del Ambiente y el Buen Vivir, Vecinos por la Ecología, Fundación Aluisa, Palermo Resiste, Casco Histórico Protege y Basta de Mutilar Nuestros Árboles, entre otras. Los vecinos expresaron sus críticas al gobierno de la ciudad de Buenos Aires con carteles y cantitos.
Primero, se hizo el abrazo simbólico en las rejas del paseo, sobre la avenida Santa Fe. Luego, pronunció un discurso el licenciado en Diseño del Paisaje Fabio Márquez (conocido en redes sociales como @paisajeante), crítico de los organizadores del evento y los funcionarios porteños. Tras sus palabras, las personas (los organizadores estiman que asistieron alrededor de cuatrocientas) entraron y recorrieron el Botánico.
También se denunció el “impacto negativo” que tiene el show de luces y sonido en el patrimonio artístico y arquitectónico del Botánico, que tiene (entre otros tesoros) más de treinta obras de arte, un edificio central en estilo inglés, un herbario y cinco invernaderos art nouveau. Además, se criticó el monto que las productoras pagan a la ciudad -$ 3.215.000- por el alquiler durante todo el mes de julio. “Regalado”, destacaron algunos manifestantes. El dinero recaudado será administrado por el Tesoro de la ciudad.
Hasta ahora, la carta abierta que reclama la protección del Botánico, impulsada por ambientalistas y defensores del patrimonio, superó las 5500 firmas. En el acto, la artista y arquitecta Natalia Kerbakian repartió folletos con el QR para leer y adherir a la carta. Los manifestantes también se expresaron en contra del actual Código Urbanístico porteño aprobado por la Legislatura que, según dijeron, altera el patrimonio de los barrios.
El viernes, en el Museo Casa de Alfredo Palacios, se había desarrollado el Foro Participativo en Protección del Botánico Carlos Thays, con la presencia la presidenta de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, la profesora Mónica Capano (que dio la voz de alerta en este diario a inicios de mes, al revelar que el gobierno porteño había incumplido la ley al alquilar el paseo sin consulta previa), la licenciada y profesora en Química María Angélica Di Giacomo (de Basta de Mutilar Nuestros Árboles) y la escritora Gabriela Massuh.
Tanto los productores de Secret Garden -que se presentan como “los creadores de Meet Vincent Van Gogh”- como los funcionarios de la Secretaría de Ambiente, a cargo de la abogada Inés Gorbea, indicaron que “se valora y respeta de manera irrenunciable el patrimonio que representa el Jardín Botánico Carlos Thays para la ciudad de Buenos Aires”.