Según el informe Maravilla de Mujeres contra la Violencia a cargo de la Asociación Ciudadana por los Derechos Humanos (ACDH) con el apoyo del Fondo Fiduciario de la ONU para eliminar la violencia contra las mujeres, las cifras son alarmantes: el 95 por ciento de las personas participantes del estudio asevera que vive o vivió en el pasado alguna situación de violencia o discriminación en general. El 16 por ciento afirma estar viviendo actualmente una situación de violencia.
Los resultados que se incluyen provienen de una investigación realizada entre diciembre de 2022 y febrero de 2023 que tuvo como finalidad acceder a información de base sobre la situación de violencia de género contra mujeres migrantes, trans y con discapacidad que residen en Argentina. La idea es que sirva para generar insumos para el diseño y ejecución de programas estratégicos de prevención.
Según el presente informe, que se contrasta además con el Informe Estadístico del Sistema Integrado de Casos de Violencia por Motivos de Género 2022 (SICVG) publicado por el Ministerio de las Mujeres, Género y diversidad, las situaciones de violencia o discriminación se identifican principalmente en el espacio público. Casi un 85 por ciento afirma haber pasado por una situación de hostilidad en calles, plazas, transporte público y espacios comerciales. El 33 por ciento del total de la muestra remite al propio hogar como lugar de ejercicio de violencia y discriminación. Respecto al lugar de trabajo como ámbito semiprivado y de vivencia diaria resulta poco amigable para un 22,6 por ciento.
Las principales figuras encargadas de ejercer las violencias en el ámbito familiar son las exparejas y parejas, mientras que en el espacio laboral o los ámbitos públicos y las instituciones, las mujeres son agresoras en proporciones similares a los varones.
Mismas violencias para tres grupos distintos
Si bien en Argentina el Registro Único de Casos de Violencia contra las Mujeres (RUCVM) del Indec recoge información oficial de distintas fuentes (instituciones de Salud, Justicia, Seguridad), no hay datos desagregados confiables por condición de migrantes, discapacidad ni identidad de género.
Dentro de las situaciones de violencia sufridas, la violencia verbal, que incluye comentarios sobre la apariencia física o la vestimenta, es la situación más reportada entre les entrevistades de los tres segmentos. Sin embargo, las situaciones vinculadas a la violencia física, ya sea a través de amenazas o agresiones directas y al contacto físico sin consentimiento, también concentran un peso importante a la hora de señalar situaciones vividas. En este aspecto, las mujeres migrantes perciben discriminación especialmente en los hospitales. También se registran dos casos de mujeres que fueron traídas al país con promesa de trabajo y posteriormente fueron explotadas sexualmente.
Las personas trans, además de las agresiones verbales y de ser comparativamente las que manifiestan mayor nivel de agresiones en general, sufren específicamente el hecho de no ser reconocides por su identidad y su nombre. También cabe destacar que un tercio de las menciones de violencia que refieren, corresponden a agresiones ejercidas por autoridades policiales. Por su parte, las mujeres con discapacidad manifiestan sentirse excluidas del mundo laboral justamente por su condición de discapacidad.
El informe
Algunas de las principales motivaciones de este informe, que van de la mano del proyecto que lleva el mismo nombre, consisten en sensibilizar en abordaje interseccional difundiendo la información recabada, profundizar la investigación sobre violencias y riesgos de los tres grupos vulnerabilizados protagonistas desde sus propias voces y sistematizar aprendizajes delineando planes de acción/incidencia de cada colectivo.
Este proyecto, entonces, generará información y datos valiosos para exigir al Estado las estadísticas y las políticas públicas inexistentes en un abordaje interseccional de la violencia de género. Además, les dará visibilidad a los colectivos y contribuirá de manera interseccional, federal y con una perspectiva transformadora de género a que generen su propia hoja de ruta para la incidencia y para el empoderamiento en pos de interactuar con organismos y medios de comunicación.
En Argentina mucho falta por hacer en relación a estos grupos vulnerabilizados. A pesar de los avances legislativos, sigue habiendo alarmantes tasas de femicidios y transfemicidios/travesticidios y las violencias laborales, simbólicas e institucionales son constantes especialmente para mujeres migrantes, con discapacidades y trans/no binarias.
El diseño y la ejecución del trabajo de campo contó con el apoyo de las organizaciones involucradas y de referentes de cada uno de los colectivos como la Asociación Civil de Derechos Humanos Mujeres Unidas Migrantes y Refugiadas en Argentina (AMUMRA), la Asociación de Travestis Transexuales y Transgéneros de Argentina (ATTTA), la Asociación Polio-Postpolio Argentina (APPA), la Secretaría de Discapacidad de la CTA y la Red de Mujeres para la Justicia.