Para quienes hemos intentado cambiar la política desde adentro y desde afuera, con algunos éxitos y bastantes frustraciones, los resultados electorales del 2023 nos revelan la oportunidad de que se pueden derrotar las viejas estructuras y los aparatos. Ya la derrota de Horacio Rodríguez Larreta en la interna de Juntos por el Cambio demostró que no se trata sólo de quien pone más dinero en la campaña. El triunfo de Javier Milei confirma que un un grupo pequeño sin gran armado político pero con ideas, fuerza conmovedora y buena sintonía mediática puede derrotar a los actores tradicionales.
Sin embargo, más allá del personaje comunicacionalmente rendidor, el espacio en los grandes medios se debió también a la coincidencia de ideas con la línea editorial de muchos de ellos. Pero sin dudas el determinante del triunfo fue el hartazgo de la mayoría de la población con el mal funcionamiento de la democracia representativa que no está respondiendo a muchas de sus necesidades y expectativas después de 40 años: los índices de pobreza e inflación y el endeudamiento externo nuevamente sobre nuestras espaldas son algunos de los más relevantes efectos, pero también la impunidad ante la corrupción y la falta de escucha a la ciudadanía son otras de la cuestiones que generan voluntad de cambios profundos.
El conjunto de las y los argentinos esperamos con expectativa las nuevas medidas económicas del flamante gobierno de Milei, conscientes de la situación de exclusión de la mayoría de nuestros compatriotas y de la urgencia en la necesidad de detener la inflación. Más allá de la eficacia del discurso del flamante presidente en generar la adhesión y el apoyo popular cuando se analizan las medidas concretas, advertimos contradicciones y cambios con muchas de las promesas de campaña. Podemos decir que se acabó la “revolución anarco capitalista” que Milei prometió. Nunca arrancó. Las medidas anunciadas por el ministro Luis Caputo se distancian del discurso de asunción del Presidente. ¿Será el “abrazo de oso de Macri” o el “teorema de Baglini”?
En su discurso Milei sostuvo que no iba a gastar más de lo que ingresara y que si ingresaba menos gastaría menos y que el resto de los precios quedaban librados al mercado. Hace unas semanas atrás dijeron que el principal problema era financiero y hablaban de “la bomba de las Leliqs”. Sin embargo, anunciaron algo horrible para la economía real, nada para la economía monetaria -que supuestamente era lo más grave- e hicieron anuncios que significan las destrucción del sector productivo.
Nada dijo el nuevo ministro de los 15 a 17 puntos de déficit fiscal total. Hicieron anuncios cosméticos sobre ahorro en gastos superfluos y achicamiento del Estado, pero los pocos puntos que signifique ese ahorro se los llevarán los aumentos en la AUH, la tarjeta Alimentar y alguna otra política social de “contención”.
Nos preocupa el abandono de la obra pública, pero lo más grave es cerrar las exportaciones, ponerle retenciones a la industria nacional y a las economías regionales, a las que además les aumentarán los insumos.
El dólar oficial a AR$ 800 implica una depreciación del 118% del peso en relación al dólar. La devaluación abrupta y el quite de subsidios a la energía y al transporte se trasladarán a precios de manera impactante. Se puede devaluar, pero si no se compensa con retenciones se trasladará todo al precio de los alimentos. Va a haber un aumento de precios brutal. Eso implicará además un nuevo incremento de la pobreza de más del 10%.
Otro tema central es que se están acabando las licitaciones de compra de alimentos del Ministerio de Desarrollo Social, que era un gran comprador de pequeños productores.
Por otra parte, están hablando de eliminar el quite del impuesto a las ganancias para los/as trabajadores/as -que votó el propio Milei como Diputado Nacional- y anunciaron aumentar el impuesto país al nuevo dólar (pasaría del 7% al 17,5). Esto viene a contradecir un concepto central de la campaña de Milei: su repudio a los impuestos que «asfixian» a la Argentina.
El ajuste en jubilaciones será muy grande, aunque no se habló de esto en el video emitido. Este es un plan muy limitado. Están cumpliendo con las instrucciones de manual para cumplir los pagos del endeudamiento que ellos mismos contrajeron impunemente violando las propias pautas del FMI. Sin embargo, con esto que están proponiendo, ni siquiera les va a alcanzar.
Los grandes ganadores de las medidas de ayer serán como siempre el sector financiero y en alguna medida el sector sojero de la Pampa húmeda. Pero será un gran golpe para los trabajadores, los que están en la informalidad, cuentapropistas, y el sector productivo industrial y en general. Volvió el liberalismo al Estado de la mano de los hombres de Macri. El neoliberalismo se vale del Estado nuevamente para privilegiar los negocios de unos pocos.
Debemos construir una alternativa que genere una nueva utopía. Deberemos estar al lado de los/as que más lo necesiten para amortiguar las consecuencias de este nuevo plan. Debemos informar y socializar los análisis políticos. Todos podemos participar en esa nueva construcción colectiva que exprese a los/as trabajadores, impulse la economía real, promueva a las pymes y la reindustrialización en un contexto global que lo permite. Hay que salir de colonialismo financiero y del modelo de “mal desarrollo” extractivista. De nuestra capacidad de organización desde la sociedad civil y de la reconfiguración de las alianzas dependerá.
*Doctora en derecho. Presidenta de la Asociación Ciudadana por los Derechos Humanos