María José Lubertino, ex diputada nacional y presidenta de la Asociación Ciudadana por los Derechos Humanos, opinó para Télam sobre la necesidad de advertir el avance de las políticas "antiderechos", negacionistas de la dictadura y repelentes a los avances de los derechos del movimiento feminista y LGBTTIQ+.
El resultado de las PASO genera la posibilidad de una reflexión colectiva sobre el mensaje de las urnas y un debate sobre el futuro para el país, y nuestras vidas y familias.
El avance de la derecha populista es un fenómeno nuevo en la Argentina. Pero hay antecedentes que ya vimos como funcionaron en Estados Unidos y en Brasil. Este avance cabalga sobre una interpretación critica de la realidad que la sociedad percibe y comparte. Milei habla de "la casta" y ha logrado sintetizar allí una realidad que la gente percibe y enoja. Desde el "que se vayan todos" esta bronca ya estaba presente y en los momentos críticos de mayor angustia económica vuelve a aflorar. La mayoría de los políticos aparecen como privilegiados. Aunque no son los únicos, sus privilegios molestan porque ellos deberían ser "servidores públicos". En política y en diferentes fuerzas políticas hay "parásitos", "chorros" e "inútiles". Los mecanismos de selección de candidatos no han colaborado para poder ir mejorando el sistema de selección. El hiperpresidencialismo acentúa que el líder máximo de cada fuerza termina definiendo las estrategias y armando listas con sus más fieles seguidores.
A quienes desde dentro y fuera de las instituciones somos críticos y venimos denunciando contubernios, no se nos ha escuchado. La política nos va expulsando. Generalmente quedan muchos obsecuentes, los levantamanos y funcionales con sus eternas reelecciones. Muchos de los que van quedando en esos cargos se van apartando de la vida cotidiana de sus electores: no mandan sus hijos a la escuela pública, no usan la salud pública, no toman el transporte público. Muchos se van a vivir a countries o torres de lujo. En los países escandinavos un/a político/a no cambia su vida al ser electo/a y en algunos casos como en Suecia tienen obligación de compartir departamento entre varios y de encargarse de su limpieza cuando vienen a sesionar a la capital.
Ya en 2021 hubo una alarma que no se quiso atender. Cuatro millones no votaron. En esta ocasión, el voto a Milei fue un voto castigo a los aparatos. Con los millones que puso Larreta y el uso del aparato del Estado de la Ciudad no pudo ni siquiera ganarle a Bullrich.
El voto a Milei debe ser un llamado de atención para todas las fuerzas políticas y para quienes pretendamos aportar a ella. Se puede tener más o menos patrimonio: no se trata de que los políticos sean pobres, pero si hay que vivir con austeridad. No hay que cambiar los hábitos ni el estilo de vida por tener un cargo. Hay que rendir cuentas y mostrar en que se contribuyó. 70% de la población no llega a fin de mes y muchos políticos están viendo otro canal.
En la provincia de Buenos Aires, la buena elección de Axel Kicillof se basó en la eficacia de una gestión de un gobernador austero que reconstruyó el rol del Estado en la provincia y amplió derechos y sobre todo en el importante trabajo de cercanía de la mayoría de los/as intendentes/as.
Si bien era previsible esta elección donde las mayorías se agrupaban en tercios, el resultado de las PASO dibuja un escenario donde hay 2 opciones de derecha -una más impredecible y otra que pretende volver a experiencias que ya vivimos con De la Rúa y Macri- y sólo una fuerza que defiende los derechos de todos y todas.
La revolución liberal que propone Milei está hecha de slogans con fuerte impacto emocional con gran viralización en las redes sociales. Nos plantea con claridad meridiana que es una atrocidad pensar que "donde hay una necesidad hay un derecho" y que "la justicia social está precedida de una robo". Cuestiona la existencia del Estado y promueve una lógica individualista e insolidaria. Él y su vicepresidenta ya se han manifestado como "antiderechos", negacionistas de la dictadura, repelentes a los avances de los derechos del movimiento feminista y LGBTTIQ+. Un peligro impredecible en todos los aspectos.
El cambio total que propone Bullrich, apoyada por Macri, nos ofrece mano dura para ordenar un ajuste insensible aún peor que el que estamos viviendo. Los/as que tenemos memoria recordamos el recorte en la educación pública y la baja de las jubilaciones del equipo que terminó yéndose en el helicóptero y nos condujo a la crisis del 2001. Ni que hablar de los retrocesos durante los cuatro años del mandato de Macri y del retorno al endeudamiento que nos vuelve a someter al FMI. Es la crónica de una muerte anunciada.
La brutal disyuntiva de derecha o derechos sobre la cual deberemos militar en estos meses, mostrando que la única opción que no es un retroceso en materia de derechos humanos, de los trabajadores/as, las mujeres y diversidades es la de Unión por la Patria, no nos hace olvidar todo lo que falta y el debate de fondo sobre una modelo de "mal desarrollo " injusto a nivel global y local.
Massa tiene el desafío de volver a enamorar desde la política. Es el único candidato con probabilidad de resultar electo que asegura no retroceder en materia de derechos. Debe mostrar honestidad y austeridad y promover los cambios que venimos exigiendo para garantizar mayor transparencia y prevenir la corrupción y los privilegios. Al mismo tiempo tiene la responsabilidad de mejorar en concreto la actual situación económica y debe escuchar a la clase media que también la está pasando mal. Debe armonizar los derechos de los/as trabajadores/as que no deben estar enfrentados/as a las necesidades de los/as pymes y emprendedores/as y cuya supervivencia es la que mejor garantiza segui generando empleo genuino. Debe atender además el debate de fondo que planteamos desde muchos sectores ecologistas, jóvenes y feministas para una transición justa y sostenible sin dilapidar nuestros bienes comunes.
La salida no es por derecha. Pero sólo se puede ganar ofreciendo una opción de defensa de los derechos que avance y no se quede al medio!